No sólo el diseño geométrico de los elementos del cuadro, sino también el color, huyen de una imagen "pintoresca" y costumbrista. Se atenúan los contrastes; se evita así la impresión de que se hubiese pretendido reproducir ―sin más― una escena exterior; se enfatiza, pues, el efecto de pintura; o sea, de la coloración de una superficie plana. Los colores particulares de los distintos objetos representados surgen como derivados de un solo color básico común, que inunda y se hace presente en todo el cuadro.
Cada uno de esos elementos aporta su forma particular (no hay dos de ellos iguales) y, de la correlación de todas estas formas diversas, surge una única y nueva composición, la de este cuadro.