El cuadro muestra empleos variados de la pintura, diversos según las zonas. El fondo se ha pintado con óleo diluido; el resultado es una capa de pintura delgada. La figura humana y el lecho, por contraste, fueron realizados con pasta densa de óleo, arrastrada con pinceles de cerda; el efecto producido por esta capa áspera, rugosa y más gruesa de pintura es una imagen apropiada para significar la condición pasible del ser humano –hecho de materia lacerante, sufriente, que puede padecer–, y representado aquí ejerciendo el oficio sin horario de enfermo… largamente ligado al lecho del dolor (cuyos contornos son continuación y prolongación de los del enfermo): modo plástico de materializar y de significar la íntima relación entre ambos.
Las líneas ondulantes, lánguidas, parecen alargar más y más el debilitamiento de fuerzas de este enfermo. Todos los elementos, no sólo la figura humana, participan de esta afección.