La música, el arte en general, es triunfo del orden sobre el caos. Lo informe no es música ni arte. Pero desde los niveles inferiores, donde el dibujo y la geometría no se perciben (como en ese fondo), puede empezar la labor conformadora u ordenadora de la pintura (por ejemplo, por medio del color); en ese instrumento musical con su arco, dispuestos ambos perpendicularmente, se cifra aquí la conquista máxima del orden.
Cf. el comentario de los cuadros El trabajo del artífice (I), El músico, El trabajo manual.