Comentario espontáneo de un espectador:
«Me ha encantado ver sus cuadros últimos. Está claro que conectan con mi amor a la naturaleza; pero es mucho más profundo que esa inclinación lo que admiro en ellos... De algún modo me llevan inmediatamente al ambiente de la obra de Caspar David Friedrich… Los de usted son, en efecto, cuadros simbólicos y, dentro de los cuales, los aspectos “decorativos” cumplen una función subordinada, secundaria. Se trata de una pintura trascendente y, en cierto sentido, de aliento místico, que quiere recuperar el primer asombro ante la Creación: la mirada contemplativa se vuelve hacia el hombre, hacia la criatura racional y consciente, que disfruta de la Creación en el lugar que ocupó dentro del designio primero».