Después de haber dibujado el boceto de esta obra, supe que J. S. Bach, en su léxico propio, tenía una figura musical para representar el temor: dos voces avanzando paralelamente, como apoyándose una en la otra… Así sucede en este cuadro; cuando el peso del dolor parece abatir a una persona, ésta logra avanzar, quizá, buscando el apoyo de otra afectada por análoga pena… que es, a su vez, la única capaz de comprender y de compadecerse.
Compadecerse es padecer con, ponerse en el lugar de la persona que sufre, en su piel; compartir la desgracia ajena, sentirla, dolerse de ella.
Se ha dicho que “si tu gozo lo compartes será doble; si compartes tu pena, será la mitad”.