¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado!
Decid si por vosotros ha pasado.
Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura,
Y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
(Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, el más eminente poeta lírico en lengua española y patrono universal de todos los poetas de habla hispana).
Comentario espontáneo de un espectador:
«El joven con su flauta, sentado a la izquierda, escucha el sonido abrumador que brota de las flores y del bosque… Él se reconoce también parte de esa melodía cósmica y su único deseo es no interrumpirla, no ahogarla, no cerrar sus oídos ni cegar sus ojos… ¡para captar la máxima luz posible!
»Esa música nos llama, esa luz nos guía; todas las obras de la Creación nos acompañan».